Las tuberías dúctiles en el momento de su fabricación poseen altos niveles de calidad, pero para garantizar que las tuberías sigan siendo de alta calidad, se requieren controles de mantenimiento periódicos. Entre estas prácticas, las más importantes son la protección de los mamparos contra la corrosión, el servicio de campo y la prevención de reparaciones, y los procedimientos de mantenimiento clave. Además, la creación de directorios de estaciones de bombeo, la realización de medidas de saneamiento regulares y la protección de las tuberías mediante técnicas de envoltura mejoran enormemente la resistencia y la eficacia de las tuberías durante un largo período. Además, comprender su entorno exacto les permite diseñar regímenes de mantenimiento ideales para evitar que se exploten en el futuro.